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El miércoles por la noche me avisaron que en tve1 emitían un programa de inmobiliarios y enseguida que pude me puse a verlo.

Lo cierto es que el estómago se me revolvió, naúseas, verguenza, rabia…por muchos motivos.

Primero porque no me siento identificada, para nada, con el inmobiliario que se describió y se mostró en el programa.

Segundo, porque es cierto que ese inmobiliario existe.

Tercero, porque la mayoría de los inmobiliarios de verdad tenemos educación, valores, respeto al cliente, nos formamos continuamente.

Cuarto, no se documentaron ni contrastaron la información, cómo trabajan los inmobiliarios de verdad.

Quinto rabia de ver a aquella mujer y a aquella pareja que alquilaron directamente su piso sin contar con un profesional inmobiliario que hubiese hecho las comprobaciones pertinentes para saber si los potenciales inquilinos aparecían en listados de morosos, incidencias judiciales, su experiencia con propietarios anteriores…

Sexto….

Lo cierto, es que no fui capaz de terminar de ver el programa.

En Cataluña la formación está regulada, estamos en  el Registro de la Generalitat. El Registro de Agentes Inmobiliarios de Cataluña es de cumplimiento obligatorio y tiene como objetivo favorecer la transparencia en el sector de la vivienda y garantizar la protección de los usuarios en materia de vivienda. Garantiza a la ciudadanía que el agente inmobiliario se encuentra capacitado para dar un servicio eficiente y de calidad, ya que certifica que tiene una formación académica pertinente, experiencia en el cual se desarrolla y solvencia económica.

Otras comunidades van hacia el mismo camino, regular la profesión, defender los valores y al cliente.

Lo importante es lo que mis clientes, los propietarios y los compradores, piensan de mi trabajo y a pesar de ello duele esa otra visión del Inmobiliario donde se confunde al intruso con el inmobiliario.

Soy Begoña de MAYOBALL