A mí me ha pasado.

Esa mezcla de incomodidad, frustración… y hasta culpa, cuando alguien falla después de haberlo recomendado.
La mirada que parece decir: “¿Tú me lo recomendaste, ¿no?”

Y una piensa: “Solo quería ayudar”.

No recomiendo por cortesía ni compromiso.
Cuando lo hago, pongo en juego mi palabra. Y si esa persona no cumple… siento que he fallado en algo.

Y aun así, sigo haciéndolo.
¿Por qué?

Porque saber cómo recomendar a un profesional con confianza no es solo una cuestión de intuición: es una decisión valiente, basada en experiencia, responsabilidad y compromiso.
Porque cuando encuentro a profesionales que lo valen, quiero gritárselo al mundo, y como yo, otros piensan lo mismo.
Y creemos que el buen trabajo merece ser compartido.

Pero también nos hacemos esta pregunta incómoda:
¿Cómo recomendar a un profesional inmobiliario con confianza y no equivocarnos en el intento?

En el sector inmobiliario no basta con vender.
Se espera que resolvamos conflictos, que facilitemos trámites imposibles, que calmemos tensiones familiares, que transformemos un caos de papeles… en una firma feliz.

Y eso no lo hace cualquiera.
Eso se entrena, se gana, se demuestra.

Por eso, cuando recomendamos a alguien, en realidad decimos:
“Conozco a alguien que te va a ayudar, que te lo va a poner fácil”.
Y eso es un compromiso.

En Mayoball, seguimos trabajando por recomendaciones.
Porque confiamos en lo que ofrecemos.
Sabemos lo que hay detrás de cada historia, de cada propiedad, de cada decisión.
Cuando un cliente nos recomienda, sabemos que hay algo más profundo que una operación cerrada: hay confianza real.

¿Te pasó alguna vez?
¿Recomendaste a alguien y salió genial… o todo lo contrario?
¿me cuentas tu experiencia?
Si quieres ver lo que opinan otros profesionales sobre este tema, te dejo el post original que publiqué ayer en LinkedIn:
https://www.linkedin.com