En pleno boom de apertura de «agencias inmobiliarias» legales,
agencias inmobiliarias no legales
y pseudo-inmobiliarios,
en esta entrada de blog pretendo continuar mostrando y reclamando lo que es y lo que ha de ser un profesional agente inmobiliario.
Me gustaría ser capaz de trasladar a la sociedad no solo el derecho que tiene a trabajar con un agente legal (con Aicat, registrado en el registro de agentes inmobiliarios de la Generalitat, regulando los profesionales, acreditando requisitos de formación, capacitación y solvencia) sino de
mostrar cómo trabajamos los profesionales,
que es lo que hacemos,
lo que dejamos de hacer,
lo que denunciamos,
los derechos que tiene el usuario,
como nos formamos,
como exigimos que el profesional dé el excelente servicio para el que se le contrata y exigir que si se acuerda con cualquiera (no inmobiliario legal) no se culpe al sector inmobiliario.
Trasladar lo que los inmobiliarios somos, sentimos y pensamos.
Que no es suficiente tener el Aicat imagina sin él.
Y naturalmente aclarar cualquier cuestión técnica que se consulte.
Es riqueza para la profesión que se abran agencias, legales, formadas, muchas veces ex-agentes comerciales de otras agencias, es decir con experiencia práctica.
Los inmobiliarios hablamos abiertamente en los encuentros, en los grupos de reflexiones , en las asociaciones y estamos preocupados por los servicios que recibe el cliente, el usuario, preocupados por los servicios que regalamos («SOLO quiero que me diga lo que vale mi inmueble… valor del servicio 0 euros», «quiero que me busque un inmueble especial en un sitio x…valor del servicio ….»), por la formación cada vez más especializada.
Tenemos claro que no todo vendedor, comprador, arrendador o arrendatario necesita un profesional. No obstante, el usuario que solicita nuestros servicios tiene derecho a exigir los compromisos y también obligación de cumplir sus compromisos. Las noticias en prensa de estafas y engaños de inmobiliarios duelen a los inmobiliarios y al afectado usuario. El dolor es el mismo cuando un buen inmobiliario ha sido estafado y engañado por un usuario o cliente aunque esto no salga en prensa (todavía).
El sector inmobiliario está vivo. Somos personas trabajando con personas.
Compromiso es la palabra clave. De ida y vuelta, si yo cumplo, tú también y viceversa. Algo que parece tan sencillo y que nos sigue costando.
Eso es Sandra, dar y pedir lo mismo. Ni más ni menos.
Gracias por tu comentario
No todos los consumidores son iguales. No todos sienten que necesitan la ayuda de un profesional; algunos no están dispuestos a pagar por sus servicios o no valoran lo que les ofrecen. Pero ¿de qué profesional estamos hablando? Porque no todos son iguales, ni mucho menos, como no son iguales todos los médicos ni todos los arquitectos ni todos los abogados. Quizás no sean necesarios ciertos inmobiliarios pero otros sí, y los servicios de unos y otros no pueden valer lo mismo. Y es que hay inmobiliarios e inmobiliarios, y hay inmobiliarios que no solo merecen sus honor orarlos y se les pagan con gusto sino que además reciben regalos y recomendaciones de sus clientes… Y eso solo lo saben los que hayan tenido la suerte de dar con un inmobiliario de esos que se entregan a sus clientes, se esfuerzan por resolverles sus problemas, y ponen los intereses de sus clientes por encima de todo, y se esfuerzan por formarse y estar a la última…
Y es que no todos los profesionales merecen el aprecio de sus clientes, ni todos los consumidores merecen o aprecian los esfuerzos de un buen profesional. El trabajo de unos y otros es trabajar solo con quien lo merezca.
Completamente de acuerdo, Fernando Garcia Erviti, ni todos somos iguales ni se puede pretender que lo seamos. La pretensión es personal, dar un excelente servicio, elegir con quien se trabaja, continuar trabajando únicamente con recomendados y ser objetivo en las calificaciones.
Gracias por tu comentario